• Lecciones de concientización, Puntos de Fe

Lección 14 | Sanciones establecidas para el cristiano

publicado en: Doctrina, Lecciones de concientización | 0

 

Introducción:

Esta lección es muy importante, porque hace notar el celo que tiene la Iglesia para no permitir que el pecado reine, en la congregación, en el catolicismo y protestantismo se forma un carácter de tibieza de tal manera que el congregante no estime la gravedad de vivir conforme la carne, después de haber conocido el mensaje de Cristo pero usted como futuro miembro de la Iglesia de Dios, debe tener un concepto claro al respecto, que si comete un pecado de muerte perderá sus derechos de miembro.


Definición: Sanción quiere decir: Pena o recompensa que asegura la ejecución de una ley.


a) El fiel cumplimiento a la palabra de Dios tendrá por resultado el galardón de la vida eterna que ha ofrecido el Señor. Juan 3:16.

Las personas que sean sinceras consigo mismas y en verdad sean dirigidas por el Espíritu Santo, su potencia será en el árbol de la vida. Apocalipsis 22:14.

Este galardón solamente puede darlo Dios, por lo tanto no se debe esperar ninguna recompensa del humano sino exclusivamente de lo alto. Apoc. 22:12.


b) Pero si la persona desobedece a la palabra de Dios, no fue sincera consigo misma y se auto engaña; y creyendo que había aceptado a Cristo, ésta persona es digna de castigo que ella misma ha fabricado para sí como dice en Jeremías 2:19 “Tu maldad te castigará”

Cristo apartará a esta persona diciendo así: “…Apartaos de mi malditos al fuego eterno preparado para vosotros (Mat. 25:41)

Debe quedar bien claro, que quien vive conforme a la carne tendrá como fruto la muerte, mas quien vive conforme al espíritu, tendrá vida (Romanos 8:6)


c) Quien hará estos juicios; es el mismo Cristo en el día postrero. Hechos 10:42; Cristo juzgará pero por medio de su palabra. Juan 12:48.

Ningún humano está autorizado para decirle a una persona que ya está asegurada para la vida eterna o que ya está condenada. 1ª Cor. 4:5. Todos hemos de estar un día ante el tribunal de Cristo y él dirá la última palabra, 2ª Cor. 5:10.


d) Pero mientras este juicio llega; la misma palabra de Dios autoriza a la Iglesia a desligar de miembro a una persona que no vive conforme Dios lo establece.

Quien vive en continuos pleitos y enemistades si no acepta las amonestaciones estipuladas en la palabra de Dios; se le puede declarar étnico y publicano (Mat. 18:17).

El que vive en fornicación e inmundicia sexual es como una levadura que leuda toda la masa, y por lo tanto es necesario quitarlo como miembro de la Iglesia. (1ª Cor. 5:1-5,6 y 13)

El que se aparta de la doctrina verdadera, no puede permanecer en el seno de la Iglesia, es necesario apartarse de ellos (1ª Timoteo 6:3-5)


e) El ministerio de la Iglesia ha sido puesto para velar por el bienestar de la misma, por lo tanto el velará porque la congregación viva conforme el pacto que ha contraído con Dios. (Ef. 4:11-12; Heb. 13:17).


f) Cada caso de desobediencia a la palabra de Dios con el cual se quebrante el pacto, será analizado por el ministerio, para determinar si debe seguir como miembro o no. 1ª Cor. 5:4. Esta determinación no define la suerte final de cada persona, solamente el juicio de Cristo determinará o a vida o a la muerte.


g) Para que la Iglesia pueda permanecer en un ambiente de santidad y superación, cada miembro al cometer un pecado grave, debe manifestarlo por escrito al ministerio de la Iglesia (Efesios 4:25, Isaías 63:8).


h) Si un miembro de la Iglesia comete un pecado grave y lo calla, hará más grave su falta porque tratará de engañar a la Iglesia y esto significa caer en el pecado de Ananías y Safira. Hechos 5:1-4.


i) Nunca debemos olvidar que la Iglesia de Dios es pueblo celoso y de buenas obras. (Tito 2:14). Los llamados a conservar en estado de pureza a la Iglesia somos nosotros mismos, por lo tanto la sinceridad deberá ser su mejor compañera. Si hemos dejado el mundo, las falsas organizaciones religiosas, formemos en verdad a la Iglesia de Dios con la cual contraerá nupcias el Hijo de Dios.

Deja un comentario